historia del arte

 

Parece de cuento pero debe de ser cierto, aún aparecen obras de artistas afamados que no habían sido atribuidas a ellos. Hace décadas se encontraban en el Rastro estampas de Goya y creíamos que ya era cosa del pasado, pero hace sólo un par de años apareció en España un Caravaggio (en circunstancias poco claras) y ahora le toca a Rembrandt engrosar su catálogo razonado. Estos dos pequeños retratos de un probable matrimonio son ejemplo del típico encargo de la época por parte de la burguesía en Ámsterdam, que con su demanda convirtió la ciudad en centro artístico de alta competencia en ese género además del bodegón. Lo desarrollaron hasta lo indecible en complejas composiciones de grupos profesionales, hicieron alarde de técnica especialmente en la representación de texturas y lograron la cima del naturalismo barroco por el que lo reconocemos como siglo de oro. Poco antes de la pandemia el Thyssen dedicó una buena exposición al tema, en cuyo catálogo podéis encontrar información que amplíe la del libro de texto.