diseño de producto

 

El revuelo armado por la inteligencia artificial, para nosotros especialmente la obsesionada en hacer imágenes, ha eclipsado la que estaba siendo otra revolución tecnológica, la impresión tridimensional. Más amistosa, pues no parece amenazar con quitarnos el trabajo sino potenciarlo, como demuestra su útil aplicación al prototipado del diseño de interior. Lo más cerca de la realidad que habíamos alcanzado era la renderización, muy lejos de la experiencia que permite esta cuando imprime aristas de los volúmenes, entre los que poder moverse para comprobar cuestiones importantes más allá de la apariencia, como la ergonomía. En CaixaForum hay una exposición dedicada a ella.