diseño

 
Parece que los dos intereses hacia los que se va a enfocar (más) el diseño son la economía circular y la inteligencia artificial. Esta no extraña por su novedad, pero la primera es lo bastante antigua como para enrojecer a los muchos fabricantes que aún insisten en la obsolescencia programada y, aunque por la corriente de moda que arrastra más que por interés verdadero, sería una suerte que por fin les tocara cambiar de método. Evidentemente, hace falta una actitud afín en quienes consumimos sus productos y, si la mayoría estamos dispuestos a agotar la vida útil extremadamente larga que empiezan a prometer algunos productos, ¿no podemos ir entrenando con los actuales en vez de tirarlos antes de tiempo para adquirir los nuevos? Pues en algún caso ni siquiera basta con el consumidor responsable de un producto que se hizo a conciencia para durar, sino que hace falta que la autoridad de turno lo vea como es y deje de demonizarlo. Entre los pocos que podríamos señalar como de cambio necesario, normalmente por el daño medioambiental derivado de su uso, está el vehículo particular. Pero, en vez de concienciar a la ciudadanía para que sea más peatón que conductor, los desguaces están achatarrando por encima de lo habitual y la perspectiva es creciente, porque hay una gran cantidad de coches que se están tirando obligadamente debido a que su circulación se está prohibiendo en algunas zonas. Por antigüedad, en la mayoría de los casos no son de uso cotidiano sino esporádico y su limitación de kilometraje es fácilmente comprobable en la ITV anual a la que están obligados, lo que significa que su capacidad contaminante quizá sea inferior a la que provoca su sustitución, es decir, destruir el antiguo y producir el nuevo que, por poco que contamine al rodar, no evita un uso de materiales, transportes y procedimientos para su fabricación aún perjudiciales. Si añadimos que no todos los bolsillos pueden permitirse el cambio y que la economía circular debería ser ante todo eso, economía, ¿no sería ejemplar dejarles circular a su manera no habitual hasta que se paren? Pues no, el premio para quienes han sabido conservarlos (consumirlos con moderación y cuidarlos) es la renovación obligada para seguir alimentando el consumo desaforado, aunque la montañita de la foto se esté triplicando en nombre de la ecología. Dejo enlace al artículo que motivó esta entrada para que leáis sobre el otro interés del diseño, la inteligencia artificial, que lo tiene fácil para acertar más que la nuestra.

https://www.dezeen.com/2023/01/12/design-trends-2023-artificial-intelligence-circular-economy/?utm_medium=email&utm_campaign=Dezeen%20Agenda%2046&utm_content=Dezeen%20Agenda%2046+CID_3a6b1d13bf0f8fff59c3ad544f12c69b&utm_source=Dezeen%20Mail&utm_term=Read%20more