Volvemos a tener noticias de Olafur Eliasson, quien parece que sigue queriendo moverse en la
difusa frontera entre el arte y cierto tipo de diseño, con un nuevo proyecto en
el que dice tratar de dar voz a los más peques en el debate del cambio
climático (los que más pagarán las consecuencias), simbólicamente, si no con palabras al menos sí con gestos. Se trata de una app de realidad aumentada para insertar sus rostros en el entorno natural que le rodea. No sé si servirá para concienciar (¿alguien aún no lo está?) o como otro juego con el que distraerlos 5 minutos en caso de nuevo encierro. Aquí se explica él mejor: